Pues podemos enumerar muchas, entre ellas, las siguientes:
- Seguridad. Un plan de hosting suele ejecutarse en un servidor compartido de Internet, donde acceden muchos clientes a la misma máquina, con permisos para ejecutar programas de diversa índole (CGI, ASP, etc.). En un entorno dedicado, sin embargo, se dispone de un grado mucho mayor de seguridad al ser nosotros los únicos con permisos de acceso.
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Uso intensivo de aplicaciones. Si tenemos alguna aplicación que consuma mucha CPU o utilizamos bases de datos de gran tamaño, puede que nuestro alojamiento compartido se nos quede pequeño por tener que compartir dichos recursos.
En un hosting dedicado, tienes uso exclusivo, con todos los recursos del servidor disponibles.
- Privilegios de administrador. No hay opción en hosting compartido a acceder con permisos de administrador al servidor donde se aloja tu hosting. Si necesitas acceso con provilegios de administrador, necesitas un hosting dedicado.
- Poder instalar tus propias aplicaciones. Es tu servidor de uso exclusivo, así que puedes instalar en el mismo todo lo que necesites.
- Puede resultar más barato. Si llegas al punto de necesitar un hosting dedicado por temas de recursos, te saldrá más económico porque dispones del límite del hardware que contrates, sin coste adicional por unidad como en el hosting compartido.